Condenado a 89 años de cárcel por violar a cinco mujeres en Barón de Cárcer, en Valencia

El procesado negó durante el juicio cualquier acto violento y aludió a «juegos sexuales consentidos».

La Audiencia Provincial de Valencia considera probado que ataba con bridas a las mujeres, la mayoría prostitutas, y les tapaba los ojos con un esparadrapo o cinta aislante

La sección cuarta de la Audiencia Provincial de Valencia ha condenado a un hombre a la pena de 89 años de cárcel por violar a cinco mujeres, la mayoría de ellas prostitutas, tras atarlas con bridas y taparles los ojos con un esparadrapo o cinta aislante. El procesado negó durante el juicio cualquier acto violento y aludió a «juegos sexuales consentidos».

El hombre, de 43 años en la actualidad, se enfrentaba a una pena de 152 años y medio de cárcel por delitos de detención ilegal, violación, robo con violencia e intimidación con uso de instrumento peligroso y faltas de lesiones, tal y como reclamaba el ministerio fiscal y el abogado de la acusación particular, Emilio Pérez Mora.

Sin embargo, finalmente se le han rebajado los delitos de violación –al no quedar demostrada la autoría en dos de ellos en base a las pruebas de semen recogidas– y de detención ilegal y se le ha condenado a una pena de 89 años de prisión.

Los hechos tuvieron lugar entre octubre de 2007 y junio de 2011. El condenado siempre solía seguir un ‘modus operandi’, que consistía en buscar a sus víctimas de madrugada, la mayoría de veces en la Avenida Barón de Cárcer de Valencia.

El hombre contrataba sus servicios de prostituta y se llevaba a las víctimas a una zona próxima al cementerio de Valencia. Una vez allí, y tras mantener relaciones sexuales, les sacaba un cuchillo, les ataba con bridas y les tapaba los ojos con un esparadrapo o cinta adhesiva.

Tras inmovilizarlas, arrancaba el vehículo y se las llevaba a lugares más tranquilos, como la zona de Portacoeli en Bétera, el barranco de La Pobla de Vallbona o la urbanización Cumbres de San Antonio. Al llegar allí, les violaba y luego les robaba sus pertenencias –móviles y bolsos– y les abandonaba en el lugar. Normalmente les desataba las bridas antes de irse, y en una ocasión abandonó a una de sus víctimas dejándola desnuda.

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Publicado 29/07/2014

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