Una investigación de narcotráfico en Valencia desvela una conspiración para asesinar a una fiscal en México

Las escuchas telefónicas destaparon el complot criminal y retrasaron la detención de dos presuntos miembros de la banda y su enjuiciamiento

Una investigación de la Unidad Central de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) en Madrid y Valencia desveló una supuesta conspiración para asesinar a una fiscal en México y precipitó la detención de un peligroso narcotraficante. Los hechos ocurrieron en marzo de 2016, cuando Juan Manuel Muñoz Luévano, conocido como el Mono Muñoz, ordenó desde España matar a una funcionaria del Ministerio Público del estado de Coahuila.

Los agentes antidroga de la Policía decidieron entonces arrestar al narco y alertaron a las autoridades mexicanas para que la fiscal no corriera ningún peligro, aunque para ello tuvieron que renunciar a la investigación de una banda que introducía alijos de cocaína en el Puerto de Valencia.

Dos presuntos miembros de este grupo delictivo, Miguel Gerardo R. M. y Julián D. F., de nacionalidades mexicana y colombiana, respectivamente, se sentaron ayer en el banquillo de los acusados en el juicio celebrado en la Audiencia Provincial de Valencia. La fiscal pidió cinco años de prisión para el primero y cuatro años y medio de cárcel para el segundo por un delito contra la salud pública.

Según las investigaciones policiales, Miguel Gerardo aprovechó un envío de un cargamento de 21.600 kilos de cacao para introducir un alijo de cocaína en Valencia, mientras que Julián era el encargado de distribuir la droga al menudeo. La Policía vigiló a los dos hombres y averiguó que Miguel Gerardo iba a reunirse en un restaurante de Madrid con el Mono Muñoz, considerado el enlace en Europa del cárter mexicano de Los Zetas.

Pero las escuchas telefónicas desvelaron la supuesta conspiración para asesinar a la fiscal mexicana, lo que precipitó la detención del narcotraficante que había dado la orden. La conversación fue grabada por la Policía el 4 de marzo de 2016 a pesar de que el Mono Muñoz tenía un sistema de encriptación para proteger sus comunicaciones.

Tras interrumpir las investigaciones durante un año, los agentes antidroga de la Policía Nacional arrestaron a los dos presuntos miembros de la banda el 31 de marzo de 2017 y les intervinieron 22 kilos de cocaína de gran pureza en sus domicilios en San Antonio de Benagéber y Valencia.

Los abogados Emilio Pérez Mora y Javier Ruíz Blay, que representan a los acusados, solicitaron el archivo del procedimiento y pidieron la nulidad de auto judicial que acordó los registros al considerar que estuvo motivado en indicios y pesquisas realizadas un año antes. Los dos presuntos narcotraficantes se acogieron a su derecho a no declarar.

Julián tiró por la ventana dos cojines cuando la Policía irrumpió en su casa, pero un agente los recogió en la calle y luego comprobó que estaban rellenos de droga y dinero. Los policías se incautaron de 1.200 gramos de cocaína y 6.500 euros en el registro de la vivienda del acusado. En el domicilio de Miguel Gerardo en San Antonio de Benagéber, los agentes intervinieron 20 kilogramos de cocaína y 12.900 euros.

La Policía Nacional detuvo al Mono Muñoz el 18 de marzo de 2016 en su casa en una urbanización de lujo a las afueras de Madrid. Tras ser acusado de los delitos de blanqueo de capitales y narcotráfico, el delincuente mexicano ingresó en prisión y fue extraditado a Estados Unidos en 2019.

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Publicado 30/03/2021 – (c) Las Provincias

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